Inflación es un término que he escuchado desde pequeño, el cual no sabía que era, pero entendía que cuando la inflación aparecía, mis padres tenían que disminuir los gastos en la casa. De niño, uno usualmente no se percata de los problemas socioeconómicos, a no ser que estos te afecten directamente. Así me sucedió, desde chico entendí que mis domingos cada vez alcanzaban a comprar menos cosas cuando la inflación atacaba. Por lo mismo, la inflación se convirtió rápidamente en uno de mis peores enemigos de la infancia. Posiblemente mis papás no pudieron explicarme este concepto, de hecho, sospecho que no se dieron cuenta de que ellos también contribuyeron a generar inflación. No los culpo, porque incluso aún hoy me es difícil explicar por qué ésta existe.

 

Mucho tiempo culpé únicamente al gobierno por la elevada inflación en el país. Aunque una mala administración puede ser causante de un desbalance grave de la economía, especialmente en países con nivel de corrupción alto, la inflación existiría de cualquier forma aun cuando los políticos trabajaran exclusivamente en favor de la nación. Así como un mal manejo de los recursos de un estado, hay muchos otros factores que afectan en mayor o menor escala.

 

Muchos recordarán la gran demanda que tuvieron las toallas desinfectantes a mitad del año pasado, cuando estábamos aterrados por el virus SARS-COV-2. En las tiendas comenzaron a acabarse estos productos de limpieza y se volvió difícil encontrarlos en los anaqueles. Conforme las ventas se elevaron, no fue sorpresa ver que el precio de las toallas también incrementara. Fuimos testigos de la inflación que el precio de este producto experimentó. En este caso el gobierno no fue el principal causante de este efecto.

 

A diferencia del considerable incremento que tuvo el precio de las toallas desinfectantes, los productos y servicios normalmente experimentan un constante cambio de valor en menor magnitud y por diferentes razones. Personalmente, éstas las divido en dos grupos:

 

  • Aquellos relacionados a cambios hechos por el hombre o la naturaleza, como sequías o el incremento de la población, respectivamente. Por ejemplo, una temporada de sequía puede producir que los productos del campo encarezcan. Los granjeros necesitarían más recursos para mejorar las condiciones climáticas de sus granjas y así mantener sus cultivos saludables, lo que llevaría a elevar sus precios para obtener una utilidad.
  • Aquellos generados por políticas monetarias o fiscales, como el incremento de dinero en circulación o la reducción de impuestos, respectivamente. Por ejemplo, una disminución a la tasa del impuesto al valor a
    gregado provocaría que la población pudiera comprar productos a menor precio, pero podría también estimular el consumo de las personas, ya que ahora el dinero rendiría más. No obstante, la oferta difícilmente incrementaría al mismo tiempo que la demanda. Esto haría que más dinero persiga el mismo número de productos y servicios ofertados, y en consecuencia se daría la inflación de precios.

 

¿Por qué provocaría inflación el que más dinero esté detrás de a un mismo número de productos y servicios? Cualquier cosa que es escasa y altamente demandada tiende a ser más valiosa. Por ello, si una compañía observara que la demanda aumenta, podría incrementar sus precios para beneficiarse de la oportunidad sin incrementar su producción. Sin embargo, esta acción haría más caro el producto sin que el consumidor reciba algo a cambio. ¿Significa esto que, para incrementar la producción se necesitan incrementar los precios? Déjenme explicar esto usando un ejemplo con pasteles.

Piensen en una pastelería que inicialmente tiene un solo cocinero, quien puede elaborar 100 pasteles por mes. La tabla de abajo describe los números financieros incurridos para cumplir con la demanda de 100 de estos postres.

 

 

Cocinero Pasteles Precio por pastel Costo por pastel Venta Costo total Flujo de efectivo Ganancia por pastel
1 100 $10 $4 $1,000 $400 $600 $6

 

 

Supongan que la demanda mensual promedio es de 75 pasteles, y que por un incremento súbito en el tamaño de la población (o por un recorte de impuestos), la demanda subió a 90 pasteles por mes. El cocinero, tendría la capacidad de sobrellevar el crecimiento del ritmo de trabajo sin problemas. Pero si la demanda fuera de 200 pasteles, el dueño de la pastelería tendría que contratar a otro cocinero e invertir para adecuarse al nuevo nivel de producción. Antes de esto, el dueño tuvo que haber decido si debía aumentar el precio de cada pastel o debía reducir la ganancia por pastel para acomodar los gastos que fueron necesarios para atender la nueva demanda. La tabla de abajo presenta el escenario donde el pastel continúa vendiéndose al mismo precio.

 

 


Cocinero
Pasteles Precio por pastel Costo por pastel Venta Costo total Flujo de efectivo Ganancia por pastel
1 100 $10 $4 $1,000 $400 $600 $6
2 200 $10 $5 $2,000 $1,000 $1,000 $5

 

Notarán que, aunque las ganancias disminuyeron, el flujo de efectivo creció. Sin embargo, si el dueño continuara expandiendo su producción de pasteles para ajustarse a una creciente demanda sin incrementar el precio de sus pasteles, llegaría a un punto en el que las ganancias serían tan bajas que se perdería el objetivo del negocio. Miren la columna de flujo de efectivo en la tabla a continuación, la cual revela este comportamiento.

 

 

Cocinero

Pasteles

Precio por pastel

Costo por pastel Venta Costo total Flujo de efectivo Ganancia por pastel
1 100 $10 $4 $1,000 $400 $600 $6
2 200 $10 $5 $2,000 $1,000 $1,000 $5
3 300 $10 $6 $3,000 $1,800 $1,200 $4
4 400 $10 $7 $4,000 $2,800 $1,200 $3
5 500 $10 $8 $5,000 $4,000 $1,000 $2
6 600 $10 $9 $6,000 $5,400 $600 $1
7 700 $10 $10 $7,000 $7,000 $0 $0

 

 

 

Para facilitar la interpretación de los datos, observen la gráfica siguiente. Advertirán que el flujo de efectivo deja de progresar después de contratar a tres cocineros, y luego comienza a declinar. Esto da indicios, de que no es posible adaptar la capacidad de la pastelería para atender una creciente demanda sin incrementar el precio de los pasteles. Se deduce entonces, que el incremento de la demanda puede provocar un incremento de los precios.

El ejemplo anterior es muy simple y no considera el efecto compuesto que una creciente demanda podría causar. Pueden visualizar esto si pensaran que la pastelería por sí sola se convierte también en un gran consumidor. Dado que ella necesita más recursos para alinear la oferta al nivel de la demanda, otros negocios necesitan proveer más materiales a la pastelería, convirtiéndose así en una cadena d

e cambios que afectarían el precio de diferentes cosas en diferentes mercados.

En resumen, si la población incrementa o las políticas favorecen el consumo, la demanda será mayor y el nivel de la producción tenderá a seguir este comportamiento. No obstante, si la capacidad de producción alcanza su límite superior y la demanda aún no es abastecida, las compañías necesitaran incrementar sus costos para expandir su infraestructura para satisfacer la misma. Sin duda, esto llevará a un aumento de los precios para mantener la utilidad de los negocios.

Todos somos actores en la obra

de la economía, tal vez no hemos contribuido teniendo hijos como mis padres lo hicieron, pero todos consumimos algo, y es posible que hemos estado dispuestos a pagar más a cambio de tener una mayor disponibilidad de aquel producto o servicio que tanto nos gusta.

 

 

Carlos Navarro

https://www.linkedin.com/in/carlos-navarro-733aba80/

University of New Haven

 

 

 

 

 

Artículos Relacionados